Ciclo del Nitrógeno
Su reserva fundamental es la atmósfera, en donde se
encuentra en forma de N2, pero esta molécula no puede ser utilizada
directamente por la mayoría de los seres vivos (exceptuando algunas
bacterias).
Esas bacterias y algas cianofíceas que pueden usar el
N2 del aire juegan un papel muy importante en el ciclo de este elemento
al hacer la fijación del nitrógeno. De esta forma convierten el N2 en
otras formas químicas (nitratos y amonio) asimilables por las plantas.
El amonio (NH4+) y el nitrato (NO3-) lo pueden tomar
las plantas por las raíces y usarlo en su metabolismo. Usan esos átomos
de N para la síntesis de las proteínas y ácidos nucleicos. Los animales
obtienen su nitrógeno al comer a las plantas o a otros animales.
En el metabolismo de los compuestos nitrogenados en
los animales acaba formándose ión amonio que es muy tóxico y debe ser
eliminado. Esta eliminación se hace en forma de amoniaco (algunos peces y
organismos acuáticos), o en forma de urea (el hombre y otros mamíferos)
o en forma de ácido úrico (aves y otros animales de zonas secas). Estos
compuestos van a la tierra o al agua de donde pueden tomarlos de nuevo
las plantas o ser usados por algunas bacterias.
Algunas bacterias convierten amoniaco en nitrito y
otras transforman este en nitrato. Una de estas bacterias (Rhizobium) se
aloja en nódulos de las raíces de las leguminosas (alfalfa, alubia,
etc.) y por eso esta clase de plantas son tan interesantes para hacer un
abonado natural de los suelos.
Donde existe un exceso de materia orgánica en el
mantillo, en condiciones anaerobias, hay otras bacterias que producen
desnitrificación, convirtiendo los compuestos de N en N2, lo que hace
que se pierda de nuevo nitrógeno del ecosistema a la atmósfera.
A pesar de este ciclo, el N suele ser uno de los
elementos que escasean y que es factor limitante de la productividad de
muchos ecosistemas. Tradicionalmente se han abonado los suelos con
nitratos para mejorar los rendimientos agrícolas. Durante muchos años se
usaron productos naturales ricos en nitrógeno como el guano o el
nitrato de Chile. Desde que se consiguió la síntesis artificial de
amoniaco por el proceso Haber fue posible fabricar abonos nitrogenados
que se emplean actualmente en grandes cantidades en la agricultura. Como
veremos su mal uso produce, a veces, problemas de contaminación en las
aguas: la eutrofización.
Proceso cíclico natural en el curso del cual el
nitrógeno se incorpora al suelo y pasa a formar parte de los organismos
vivos antes de regresar a la atmósfera.
El nitrógeno, una parte esencial de los aminoácidos, es un elemento
básico de la vida. Se encuentra en una proporción del 79% en la
atmósfera, pero el nitrógeno gaseoso debe ser transformado en una forma
químicamente utilizable antes de poder ser utilizado por los organismos
vivos. Esto se logra a través del ciclo del nitrógeno, en el que el
nitrógeno gaseoso es transformado en amoníaco o nitratos.
La energía aportada por los rayos y la radiación cósmica sirven para
combinar el nitrógeno y el oxígeno gaseosos en nitratos, que son
arrastrados a la superficie terrestre por las precipitaciones.
La fijación biológica, responsable de la mayor parte
del proceso de conversión del nitrógeno, se produce por la acción de
bacterias libres fijadoras del nitrógeno; bacterias simbióticas que
viven en las raíces de las plantas (sobre todo leguminosas y alisos);
algas azul verdosas; ciertos líquenes; y epifitas de los bosques
tropicales.
El nitrógeno, fijado en forma de amoníaco y nitratos, es absorbido
directamente por las plantas e incorporado a sus tejidos en forma de
proteínas vegetales. Después, el nitrógeno recorre la cadena alimentaria
desde las plantas a los herbívoros, y de estos a los carnívoros. Cuando
las plantas y los animales mueren, los compuestos nitrogenados se
descomponen produciendo amoníaco, un proceso llamado amonificación.
Parte de este amoníaco es recuperado por las plantas;
el resto se disuelve en el agua o permanece en el suelo, donde los
microorganismos lo convierten en nitratos o nitritos en un proceso
llamado nitrificación. Los nitratos pueden almacenarse en el humus en
descomposición o desaparecer del suelo por lixiviación, siendo
arrastrado a los arroyos y los lagos. Otra posibilidad es convertirse en
nitrógeno mediante la desnitrificación y volver a la atmósfera.
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